El aceite de palma es un producto versátil presente en una amplia gama de alimentos y productos. Sin embargo, su producción plantea problemas ambientales y sociales. Las plantaciones de palma aceitera a menudo resultan en la deforestación y degradación del suelo, lo que afecta la biodiversidad y contribuye al cambio climático.

Además, los trabajadores en la industria enfrentan condiciones laborales precarias y las comunidades locales pueden ser desplazadas. A pesar de estos desafíos, se están implementando esfuerzos para promover una producción más sostenible, incluyendo certificaciones como la RSPO.

Los consumidores también pueden desempeñar un papel importante al elegir productos con aceite de palma sostenible o buscando alternativas. En última instancia, la sostenibilidad del aceite de palma requiere la cooperación de gobiernos, empresas y consumidores para abordar estos problemas de manera integral.